Enlazando con mi comentario en mi artículo «Siempre lo Hemos Hecho Así», y como breve introducción al tema de la motivación, quería presentarles este pequeño relato que cayó hace un tiempo en mis manos y que he modificado ligeramente para que sirviera mejor a mi ejemplo:
Tres albañiles se encontraban trabajando cuando un niño se acerca y le pregunta a uno de ellos: «Hola, ¿qué está haciendo?», el obrero le responde sin mirarlo siquiera, un poco malhumorado: «pongo ladrillos».
El niño camina un poco más y le pregunta al segundo albañil: «buenos días, ¿qué hace?», el hombre se da la vuelta y le contesta, quejándose: «levanto una pared».
Por último, el niño se dirige al tercer albañil: «hola, ¿y usted qué hace?, sonriente el hombre le dice: «¡construyo una catedral!».

¿Usted qué elige, poner ladrillos, levantar paredes o construir catedrales?.