Comentaba en este artículo que el concepto de directivo, o al menos el mío, lo definiría más adelante. Ahora es tan buen momento como cualquiera.
Siempre me imaginé al directivo con corbata y traje, siempre detrás de una mesa enorme, seguramente universitario y con master, montones de reuniones en la agenda y sabiendo la respuesta a todas las preguntas.
Ahora mi definición es algo diferente.
Miremos un poco qué es eso de ser directivo.
Las cualidades básicas del directivo son las de, por una parte, dirigir a un nivel técnico (personas, gestión de la innovación, ventas…) y por la otra, la de gestionar sus relaciones con los demás a un nivel más social.
Por encima de estas cualidades se encuentra la de poder gestionarse a sí mismo adecuadamente. Me explico con un ejemplo: si siempre llegas tarde, no puede ser culpa de los demás si no tuya, el no entregar los proyectos a tiempo va en la misma línea. Aquí entran campos como la delegación, la formación, etc.
Gestionarse a sí mismo significa, también, el tener las herramientas para pensar, aprender o para relacionarse con los demás, cada uno a su nivel. Para ello debe contarse con una buena comunicación oral y escrita, capacidad para solucionar problemas e innovar, habilidades para motivar a las personas que les rodean, ser responsable de sus actos y de los de su equipo, entre otros. Yo, personalmente, destacaría los valores, el liderazgo, la gestión de expectativas (tanto las propias como las ajenas) la capacidad para trabajar en equipo y la comunicación como las principales habilidades que debería tener un directivo.
Digo relacionarse con los demás a su nivel en el párrafo anterior porque el directivo tendrá que ser capaz de trabajar con toda clase de gente, desde un niño de 4 años (directivo papá) o un anciano de 80 (directivo hijo o directivo nieto) hasta un grupo de 50 trabajadores (directivo jefe de producción).
Y es ahí donde quería ir a parar, mi nueva definición dice que cualquier persona tiene un poco, o un mucho, de directivo…
¿Soy yo un directivo por escribir un blog…? ¡Pues también, claro…!
También lo es el mando intermedio, el oficial que tiene a su cargo a un aprendiz, la profesora de matemáticas una guardería, etc.
Las habilidades que se le suponen a un directivo: comunicación, compromiso, responsabilidad, etc. son patrimonio de cualquier persona independientemente de su puesto de trabajo o situación social. En este sentido, el directivo busca la mejor forma de hacer las cosas buscando el bien común y utiliza sus herramientas éticamente.
En este blog yo me referiré normalmente a ese directivo con responsabilidades en empresa, mandos intermedios, etc. pero que nadie se excluya porque en mi definición de directivo entramos todos…